domingo, 5 de abril de 2015

La invasión de los ciclistas

Casi todos los domingos por la mañana tengo que realizar un recorrido que me lleva veinte minutos en ir y otro tanto en volver. Siempre me ha sorprendido el número de personas que se animan a madrugar para montar en bicicleta, pero el número de ciclistas me pareció tan exagerado esta vez, que decidí contarlos. Veintitrés. Veintitrés ciclistas me encontré a la vuelta; algunos iban solos, pero la mayoría iban o en parejas o en grupos de cinco. Un grupo tan elevado de ciclistas en un tramo tan corto puede suponer un verdadero peligro para la circulación.

No me malinterpretéis; admiro a la gente que decide utilizar la bici en lugar del coche. Es un deporte muy bueno para la salud y beneficia al medio ambiente (como me imagino que sabréis). Lo que supone un problema es la mala utilización de este medio de transporte. Por ejemplo, no me parece normal encontrarme ciclistas  en un tramo de alta velocidad, dónde a penas llegan al mínimo de la velocidad permitido por la ley. Que sea legal no lo convierte en seguro; se forman colas, embotellamientos y atascos por las dificultades para adelantar a los ciclistas.

Y esto me lleva a otro peligro muy grande: normalmente taponan un carril. Sí que es cierto que hay gente con cabeza que va arrimada al borde, como se supone que deberían ir (sobre todo en ese tipo de vías) y, como mucho, dos en paralelo. Pero no todos lo hacen de la misma manera. Pues bien, me he encontrado tres grupos de cinco personas que iban bloqueando un carril. Ya no es sólo que sea peligroso para ellos, sino para todos los vehículos de la carretera que intenten adelantarlos. Además, en muchas ocasiones no se detienen en los semáforos y esto añade muchos más riesgos a la circulación.

Soy consciente de que tampoco se les puede echar la culpa enteramente a los ciclistas; en mi ciudad, concretamente, no hay a penas carriles bici, y los que hay suelen usarlos los peatones, ignorando las señales que hay en el suelo. Esto también me parece una falta de respeto muy grande, ya que generalmente el peatón tiene un camino prácticamente idéntico a dos metros de distancia. Deberíamos incentivar y premiar el uso de las bicicletas y no entorpecerlo y despreciarlo como muchos conductores y ciudadanos hacen.

En mi opinión, deberíamos mejorar las condiciones de las carreteras. Una buena iniciativa sería crear un carril específico para bicis en las carreteras principales (en lugar de poner tantos parterres y tantas plantitas así porque sí). De esta manera, es probable que el número de ciclistas que van por vías  de alta velocidad se reduzca considerablemente. Por otra parte, en lo referente a los que circulan en grupos, yo optaría por la concienciación y la sanción; la gente tiene que darse cuenta de que no es lo mismo ir de paseo por el campo que circular por la ciudad y que hay que cumplir unas normas para poder convivir unos con otros.

Y nada más por hoy. ¿Qué os parece a vosotros? ¿Os gusta ir en bici? ¿En coche? ¿Tenéis estos mismos problemas en vuestras ciudades? Espero vuestros comentarios.
Nos vemos n.n


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