viernes, 30 de junio de 2017

Blancanieves sobre hielo: Capítulo 3


Empiezo a pensar que lo de dormir mal antes de un día importante se está volviendo algo crónico. El entrenamiento de ayer fue un completo desastre y he sido incapaz de dormir más de quince minutos seguidos. Me levanto como un alma en pena, sabiendo que voy a estar todo el día molido por el cansancio. Lo bueno es que al menos esta noche podré descansar como nunca.

Esta vez no me quise arriesgar; ayer puse tres alarmas para levantarme con tiempo, desayunar como es debido e ir a la pista temprano. No me puedo permitir que me vuelva a quedar dormido. La idea es poder calentar antes de la prueba, pero sin que sea demasiado tiempo como para estar cansado. Me preparo cuidadosamente y empiezo a caminar hacia la escuela. Cuando llego al recinto, lo primero que hago es empezar a estirar en tierra, tratando de relajar todo el cuerpo. Va a salir bien, Yuri, va a salir bien.

¡Por favor! ¿A quién pretendo engañar? Estoy hecho un manojo de nervios y no confío para nada en que salga bien. No puedo pensar con claridad y mi cabeza va a toda velocidad, tratando de recrear la forma correcta de hacer los saltos. Siempre me han dicho que soy muy derrotista, pero no consigo ver cómo va a salir bien. De pronto me doy cuenta de que no he visto a Viktor en la pista. Levanto la cabeza mientras estiro las piernas y le busco con la mirada. No está. Definitivamente no está.

Me siento decepcionado. Una parte de mí esperaba que hubiese tenido el detalle de venir a verme, de animarme, de tranquilizarme un poco… y entonces recuerdo lo que me dijo ayer: “Lo único es que… es verdad lo de que nos veremos poco”. No sé qué narices estaba pensando. Me lo dijo ayer mismo; casi no nos vamos a ver. Probablemente ya estará entrenando en otra pista con el resto del reparto y no tendrá tiempo de venir a verme. Aun así, me habría gustado que estuviera aquí.

Cojo un segundo el móvil para ponerlo en silencio y veo el último mensaje de Viktor de ayer. “Buenas noches, cielo. Buena suerte en tu prueba”. De alguna forma, y aunque prácticamente lo había olvidado, es como si ya me hubiese dado ánimos por adelantado. Viktor confía en mí. Si él confía en mí es porque sabe que puedo. Tengo que confiar en su criterio y creer en mí también. Aunque me cueste horrores.

viernes, 23 de junio de 2017

Blancanieves sobre hielo: Capítulo 2

Capítulo 2

Al salir de la reunión, el gimnasio se quedó prácticamente vacío. Yo tardé algo más en salir que los demás, porque todavía estaba intentando hacerme a la idea de todo lo que iba a tener que hacer para conseguir uno de los papeles principales en la obra. Yakov nos dio una lista con todos los saltos que tenemos que realizar a la perfección si queríamos tener alguna posibilidad; y ahí está mi mayor problema: el triple lutz.

Llevo intentando hacer ese salto desde que empecé en el mundo del patinaje, pero nunca he conseguido hacerlo del todo bien. El triple lutz es un giro de tres vueltas y media, en la que inicias el salto de espaldas, das tres vueltas en el aire y vuelves a caer en la misma dirección. En los entrenamientos consigo aterrizar como es debido algunas veces, pero soy consciente de que es inviable intentar hacer una coreografía en la que esté incorporado. La audición tendrá lugar muy pronto, por lo que ya me puedo esforzar para intentar que me salga lo mejor posible. Me gustaría conseguir el papel protagonista junto a Viktor, o, por lo menos, uno de los siete enanitos. Así tendría alguna posibilidad de que algún ojeador me viera y me fichara para la universidad. Todavía es pronto para mí, pero tengo que empezar a trabajar ya, si quiero poder alcanzar a Viktor algún día. Aun así, sé que las posibilidades son pocas.

— …ri… Yuri — escucho que una voz me llama.

Y al girarme veo a Viktor, mirándome perplejo por mi falta de atención. Lleva todavía la ropa de deporte, por lo que la charla le ha debido pillar durante su entrenamiento de por la tarde. Para ser sincero, ni si quiera me había dado cuenta de que estaba detrás de mí. Me extraña verle todavía en el gimnasio porque se supone que tiene clases a esta hora. Se supone.

Viktor, ¿no tienes clase?

Yakov nos ha dicho que los de tercero podemos saltarnos las de la tarde hasta el día del musical. Nos van a dar unos justificantes a los que tengamos los papeles principales de la obra. Por lo visto quiere que estemos en plena forma para los ojeadores, especialmente los que se van a graduar, y me ha dicho que me quiere como protagonista. Va a ser duro preparar la obra si no tenemos tiempo para entrenar y ensayar, ¿no crees?

martes, 20 de junio de 2017

Un extraño a la orilla del mar

Hoy os traigo uno de los últimos tomos únicos yaois publicados en España de la mano de Milky way. Os estoy hablando de Un extraño a la orilla del mar.



Mio es un chico que acaba de perder a sus padres en un accidente de mar y tiene la costumbre de quedarse sentado mirando a la orilla. Por su parte, Shun se fija en él, ya que siempre le ve sentado en ese mismo banco. Entre ellos nace una bonita relación en la que aprenderán a afrontar sus problemas familiares y a demostrar su aprecio por el otro.

jueves, 15 de junio de 2017

Blancanieves sobre hielo. Capítulo 1

Blancanieves sobre hielo




Notas de Umiko: ¡Hola, chicos, cuánto tiempo! Hacía mucho que no me sentaba a escribir y ya lo estaba echando de menos. En esta ocasión os traigo un fanfic de Yuri on ice, que ha sido una de mis series favoritas de todos los tiempos. La historia se sitúa en un mundo paralelo al de la historia original, pero sigue siendo realista y ambientado en Japón. La historia está prácticamente terminada, por lo que subiré al menos un capítulo semanal. Además, vais a poder encontrar este mismo fic en varias páginas, por lo que podéis leerla desde la que más os guste. Espero que disfrutéis este primer capítulo. Y mil gracias a mi querida Nozomi por ayudarme con la portada.

Capítulo 1

Había una vez un chico llamado Katsuki Yuri. Su sueño desde que tenía memoria siempre había sido ser patinador, de tal forma que no recordaba un invierno sin subirse a sus patines. Siempre que había una competición, se quedaba pegado a la pantalla del televisor, suspirando por llegar a ser como sus ídolos algún día. Después de muchos años, insistiendo y trabajando, al fin consiguió dar el primer paso en su carrera: entrar en la escuela masculina con el mejor programa deportivo de todo Japón: La Hasetsu Gakuen. Ese chico, era yo.

Como os decía, me llamo Katsuki Yuri y estudio en una escuela muy famosa por su programa para deportistas. Llevo toda la vida entrenando y preparándome para poder competir algún día en las olimpiadas, y, para ello, esta temporada tengo la oportunidad de acercarme un poco más a mi sueño. Inicialmente era una escuela privada a la que normalmente no podría acceder por mis notas; pero todo cambió el día que me ofrecieron una beca deportiva. Creo que nunca había pedido algo con tanta insistencia y, a pesar de que mis padres no estaban totalmente de acuerdo, no les quedó más remedio que aceptar. Estoy cursando bachillerato por primera vez y nunca me pude imaginar la cantidad de cambios que tendría mi vida en tan solo unos meses.

El primero, y quizás el más grande, es que cada mañana me tengo que levantar extremadamente temprano para ir a entrenar. El programa que estoy siguiendo me obliga tanto a intentar mantener una media aceptable de notas, como a prepararme físicamente para la competición profesional, por lo que seguir una rutina rigurosa se ha convertido en una de mis obligaciones. A las siete de la mañana se abre la pista privada de hielo de la escuela, en la que entreno hasta las nueve, que es cuando empiezan las clases. Allí es donde me dirijo, y, la verdad, todo mi día gira en torno a estos entrenamientos; por la tarde, varios días a la semana, tengo sesiones grupales con el entrenador y los coreógrafos, que son los que nos preparan para los grandes eventos; eso unido a una alimentación cuidada, acostarse temprano, no tener vida social... La verdad, no esperaba que mi vida estudiantil tuviera que estar medida por el filo de un cuchillo.

domingo, 4 de junio de 2017

Pensamientos de madrugada: Historia de una discusión

¡Hola~!
Vuelvo con una entrada más personal, más reflexiva, de esas que siempre publico cuando casi todo el mundo duerme. Me esforzaré por evitar que este blog se convierta en un diario, aunque sí que es cierto que últimamente tiendo a necesitar hablar más de lo que me pasa y no tanto de mis hobbies. Digamos que estoy pasando por una etapa de muchos cambios. 

A nivel emocional, el graduarme tanto de la universidad como de la escuela de idiomas, siento que me ha afectado más de lo que a priori pensé que haría. Por una parte, es cerrar un ciclo, conseguir una meta y seguir adelante, pero por otra, es dejar atrás un modo de vida, una rutina de confort en la que estoy más que instalada y de la que me cuesta salir. No soy una persona a la que le sienten bien los cambios. Al menos, no los cambios tan bruscos; y todavía estoy reflexionando mucho sobre lo que quiero hacer a continuación con mi vida.

Por otra parte, y relacionado con lo anterior, por primera vez siento que me he fallado a mí misma en cuanto a los estudios. No, no creo que haya suspendido nada hasta el momento, pero por primera vez, me ha pillado el toro con el Trabajo de Fin de Grado y me toca ir a la segunda convocatoria. De entrada pensé que la cosa no sería tan grave, hasta que empecé a comprobar que, al contrario de lo que me habían dicho, sí que me va a influir a la hora de solicitar una plaza en un máster. Siendo totalmente sincera, la idea de tener un año en blanco, me horroriza. Y no solo por lo que os decía de fallarme a mí misma y salir de mi rutina, sino por el hecho de estar todo el año en casa. 

A estas alturas de la película, supongo que la mayoría de la gente ya lo sabrá, pero no me siento precisamente a gusto en mi casa. Al principio, cuando era más pequeña, pensaba que el problema lo tenía yo, que era mala persona por no ser como mis padres querían, pero con los años, me he ido dando cuenta de que sencillamente tenemos opiniones totalmente distintas. Yo más o menos entiendo lo que piensan mis padres. El problema es que ellos no me entienden a mí.

Plantilla hecha por Neko-li