martes, 10 de marzo de 2015

Sobre el proceso creativo...

Buenas madrugadas a todos. Son las dos de la mañana y aquí estoy escribiendo. No, no tengo insomnio, como muchos podríais pensar. Tengo la necesidad de escribir y sé que si no lo hago ahora, no lo haré nunca. Esta entrada es algo más personal que otras a las que os tengo acostumbrados, pero para mí es imposible hablaros de procesos creativos sin recurrir a mi propia experiencia. Espero que no os moleste.

Yo siempre he sido aprendiz de todo y maestra de nada. De hecho, casi siempre he estado buscando "esa cosa" que se me diera especialmente bien y llegar a dominarla. He tenido incontables hobbies, más de los que os podríais imaginar (patinaje, pintura, baile, música...), casi todos relacionados con el mundo del arte. 

Y es que siempre me pasa lo mismo. Cuando empiezo una actividad nueva, resulta que se me da bien (No es por fanfarronear ni nada por el estilo, ojo), pero esto no continúa siempre así. Pasa el tiempo y me doy cuenta de que no lo hago tan bien, que hay gente mucho mejor que yo y que hay cosas que nunca lograré. La mayoría de las personas en este punto se desaniman y lo dejan de lado. Yo no.

Sí que es cierto que ya no entro tanto en materia, pero soy incapaz de dejarlo. Empiezo nuevos proyectos, pero sin dejar atrás todo lo que he aprendido. Las artes están unidas por divisiones muy, muy finas; tanto es así que cuando le digo a la gente que las voces tienen color, se me quedan mirando. ¡Sí, señores, las voces podrían ser pintura! Tienen distintos matices, tamaños; unas son más redondas, otras son más puntiagudas, otras livianas, otras robustas... podría seguir y seguir sin fin.

Por eso mismo me he dado cuenta de que no estaba perdiendo el tiempo. Sencillamente, el propósito de mi búsqueda era equivocado. Estudiar diversas cosas y, sobre todo, experimentar, nos ayuda a crecer como personas, no sólo en un aspecto determinado, sino que es una evolución paulatina de uno mismo.

Durante mis años de bachillerato y, prácticamente hasta que empecé este blog, he dejado de lado varios aspectos de mi vida, tales como la escritura, el dibujo y la guitarra. Lo último no creo que pueda retomarlo por cuestiones de salud, pero en cuanto a los otros dos, me congratula poder decir que sí vuelven a formar parte de mi vida. Al volver a escribir y dibujar, he recobrado la sensación de estar en casa, de volver a ser yo.

Por eso, ahora que siento que mi lado artístico está en plena ebullición, creo que es el mejor momento para compartir con vosotros cómo "trabajo" yo.

Lo primero que debo deciros es: No lo fuerces. He intentado escribir algo cuando me "apetecía" y el resultado ha sido un completo desastre. Para expresar algo necesitas un incentivo, una mecha que encienda tu subconsciente, algo que no harás de forma voluntaria.

También es muy importante agarrar el toro por los cuernos. Como dijo Picasso: "Que las musas te pillen trabajando". Si en el momento en el que te viene una idea no la explotas, olvídalo; has perdido el tren. Habrá ruidos, personas o incluso pequeños movimientos que cambiarán tu estado anímico. Volver al mismo estado en el que te encontrabas es prácticamente imposible (¿Ahora entendéis por qué escribo ahora, cuando mañana tengo que madrugar?).

En cuanto a la creación en sí, es algo espontáneo. Estoy haciendo cualquier cosa: la cama, limpiando, estudiando y de pronto... ahí está. Me pasa por la cabeza. Puede ser una imagen, un sonido o incluso una frase. Entonces me siento, donde sea; a escribir, a dibujar, no importa... Lo realmente importante es dejarlo salir, dejarse llevar.

Empieza como un brainstorming (Tormeta de ideas); muchas veces unas imágenes se vinculan con otras cosas. Por ejemplo, si tengo una idea escuchando música, para poder escribir o dibujar, debo seguir escuchando esa misma canción hasta que termine mi obra. Suena repetitivo y aburrido, pero, sé que si cambio la canción, se irá ese sentimiento con ella.

No creo que sea especialmente buena en lo que hago. Procuro vivir lo que pienso para sentirme plena y viva. Soy una persona que ha pasado por etapas muy dolorosas y solitarias en mi vida, y, alguien muy importante para mí me enseñó a amar las artes como método de liberación personal. "Canta para ser feliz" -me decía; por ese motivo, pienso seguir dibujando, escribiendo y cantando, aunque lo que haga no valga nada y a nadie le importe. Porque si no lo hiciera, dejaría de ser yo. Así de simple.

Y bueno, por hoy no tengo más que decir -creo que ya ha sido bastante-. ¿Qué os ha parecido? ¿Creéis que podría seros de ayuda lo que nos he contado? Os vuelvo a recordar que esta es mi experiencia personal y que cada uno puede sentir y hacer las cosas a su manera.
En fin, espero que nos veamos muy pronto.
Matta ne n.n

2 comentarios:

  1. Creo que todo el post ha sido bastante inspirador, me alegra un montón que puedas retomar todo lo que te hace feliz.

    A medida que crecemos y empezamos a trabajar y hacernos adultos, estos hobbies como que se van quedando de lado, por falta de tiempo y por un montón de excusas que ponemos, pero son importantísimos. Hacer lo que te gusta ayuda a relajarte y aumenta tu creatividad, pero lo mejor es que te hace sonreír.

    Para mi, lo que hago es siempre tener donde escribir, así puedo hacer cualquier boceto para mi proyectos, algún poema o alguna lista con cosas que quiera hacer. Muchas personas usan su celular, pero creo que nada le gana al papel y al escribir a mano, le da alma a las cosas.

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    1. ¡Hola~! Estoy muy de acuerdo contigo. Yo también soy de esas personas que prefieren utilizar papel a las nuevas tecnologías. Sí que es cierto que a veces para escribir no me queda otro remedio que usar sólo el ordenador, pero sobre todo para la poesía, me doy cuenta de que fluye más fácil si la escribo a mano,
      Gracias por comentar, nos veremos pronto n.n

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