Sin internet y otras drogas

¡Buenas!

Hacía ya tiempo que no venía a quejarme en el plano personal, pero no os preocupéis porque hoy vengo a hacerlo con ganas. El caso es que, como todo en la vida, las desgracias parecen llamar a más desgracias. De hecho, diría que mi rutina se ha vuelto algo así:

Partamos del hecho de que estoy de exámenes y trabajos finales e internet es una herramienta esencial. (¿En serio, Umiko?) Pues sí, los filólogos también necesitamos internet para hacer todas estas tareas; en mi caso lo utilizo principalmente como diccionario online de varias lenguas, más que nada para agilizar el proceso. Pero oh, no, no podía ser todo tan simple.

Hace unos 10 días que hemos empezado las obras en mi casa. 10 fatídicos días con taladros y picos a todas horas (ayer acabé con un dolor de cabeza terrible de tanto ruido). Pues mi padre decidió añadir un elemento más a la ecuación: cambiarnos de compañía de teléfono.

Nos garantizaron que no habría molestias, que como mucho nos quedaríamos sin internet un par de horas y que todo volvería a la normalidad en seguida. En serio, ¿a quién queréis engañar?

Voy a decir pecado, pero no pecador, ya que considero que casi todas las compañías de teléfono hacen lo mismo. En primer lugar, nos cortaron el teléfono e internet sin avisar. Lo mínimo había sido enviar un email o algo similar para no pensar que es un error del aparato (estuvimos un buen rato intentando reiniciar el router para nada). 

Sin embargo, lo gracioso del caso es cuando mi padre llama para quejarse, a parte de menospreciar su queja, le dicen que si quiere añadir también el móvil a la tarifa. Ah, claro, mejor fastidiar todo junto, ¿no? 

Me parece indignante que traten así a un cliente. En vez de intentar venderte la moto, deberían intentar tener en cuenta las reclamaciones, o al menos escuchar cuál es el problema antes de hablar. Me huelo una larga temporada de abstinencia de internet.

Por suerte, este domingo me entró la fiebre blogera y escribí varias entradas, así que no os vais a quedar sin mí (al menos por el momento). Me instalaré en el móvil la app de blogger e intentaré publicar desde casa. Os aprecio demasiado como para dejaros solitos más de una semana *aplauso del público imaginario*.

También quería deciros que, aunque no pueda contestar a los mensajes en el momento, los leo todos, ya que me llegan al email en cuanto los publicáis en el blog. Lo dicho, espero volver lo antes posible, y si no, me tendréis pululando por los lugares públicos en los que haya internet.

Nos vemos muy pronto.

Matta ne n.n