viernes, 21 de septiembre de 2018

Critiqueo anime: Welcome to the ballroom y el desastre de la animación

¡Hola~!
Hacía mucho tiempo que no me animaba a hacer una entrada de critiqueo, pero es que sencillamente no siento que pueda hacer una reseña objetiva de este anime después de haber visto los últimos episodios. Hay varios motivos por los que creo que esta serie se ha ido hundiendo paulatinamente como el titanic, pero para ser justos, empecemos por el principio.


La primera vez que oí hablar de Ballroom e youkoso (o Welcome to the ballroom, como prefiráis llamarlo) fue poco después de que hubiese terminado Yuri!! on Ice y la emoción por empezar un nuevo spokon se hizo palpable. El trailer sin duda me dejó con ganas de más y no era para menos: personajes pintorescos, con mucho interés, un dibujo bonito y una historia la mar de completa. Me enganchó desde un principio la naturalidad con la que los personajes interactuaban entre ellos y me enterneció la historia de Tatara, un chavalín perdido en la vida que finalmente había encontrado algo que despertaba su curiosidad. Sin embargo, mi amor por esta serie fue decayendo progresivamente, a medida que la animación iba volviéndose cada vez más pobre.


Creo que es la primera vez que me molesta hasta tal punto una animación. Si me conocéis medianamente sabréis que no soy alguien que de un trato especial a cómo algo está animado por encima de otros elementos. Sin embargo, cuando uno va a ver un anime centrado en el baile, se espera bastante movimiento en general. Pues no, ilusos. A medida que avanzan los episodios, la animación se centra en las poses y no tanto en los movimientos. Hyodo, siendo uno de mis personajes favoritos, campeón de baile latino y antagonista de Tatara, el protagonista, solamente mueve las caderas UNA VEZ en veinticinco episodios. Repito. UNA VEZ para el campeón de baile latino. Quedaos con la imagen del gif bien grabada porque no lo veréis más. Es desalentador.


Hablando de Hyodo, me he tirado la mitad de la serie esperando más escenas con él. Pues bien, la mitad del tiempo se la pasa lesionado y la otra mitad, de fondo haciendo estiramientos. Estoy muy cabreada por el tratamiento que se le ha hecho a este personaje. Es muy triste dejarlo de mala manera en una esquina, olvidado, no porque lo estés reservando para más adelante, sino por no sacarlo. No descarto que esto haya sido  por seguir la línea del manga, pero igualmente, si me pones a un puñado de bailarines en un campamento, practicando todos los días, espero al menos alguna escena en la que se luzca algo más que la disputa entre Tatara y Chi-chan. 


En cuanto a lo que se refiere a la estética,  el anime empieza bastante bien, hasta que uno se da cuenta de un detalle terrorífico: las proporciones de los cuellos son horrendas. Todos los personajes tienen cuellos de jirafa cuando bailan, llegando a un punto en el que me sangran los ojos. Ojalá pudiera describirlo de otra manera, pero es que ni la animación de los brazos de Akashi en Kuroko no Basket llega a tal extremo.  Lo único que salvo es el abanico de ricas expresiones faciales que le dan a Hyodo  como no  estando de público y haciendo comentarios sobre cómo baila Tatara. Que por cierto, para ponerle tan poco tiempo en acción, bien que le sacan cada dos por tres para que comente todo lo que pasa. En la pista te quería ver yo, bribón.


Mejor no hablemos mucho del machismo presente en esta serie, pero un comentario sí que quería hacer al respecto. Todos sabemos que Japón no es el país más feminista del mundo, pero la imagen de la mujer en esta serie me da ganas de vomitar. Hay un capítulo en concreto en el que se explica que el competidor/deportista es el hombre y que la mujer es un mero accesorio; que solo se la evalúa a ella también en las últimas fases de la competición. ¿¡Perdona!? ¿¡Qué clase de método de evaluación es esta!? Me parece una broma de mal gusto y sinceramente, agradezco que no hayan puesto mucha atención en esto para ahorrarme más de un cabreo.

En serio, los últimos episodios de este anime se me han hecho eternos. Todo planos y poses estáticas en las que lo único que se mueve son las faldas de los vestidos de las chicas. Creo que es una historia con muchísimo potencial y me da muchísima rabia la forma en la que se ha animado. Podría habérsele sacado mucho partido a la rivalidad entre los protagonistas, haber enfatizado más la parte del entrenamiento, remarcado más el papel de Sengoku-san... mil cosas. Si consigo ponerme al día con mis lecturas pendientes, probablemente Welcome to the ballroom será uno de los mangas a los que le daré una oportunidad, porque no hay derecho. Creo que esta serie se merece una segunda oportunidad en mi vida, porque sí que hay muchos elementos que me han enamorado de ella. Mientras tanto, seguiré admirando a Hyodo desde lejos.

1 comentario:

  1. No me llamo la atención en su momento y ahora leyendo tu reseña menos todavía, se que va a ser un anime que yo personalmente no disfrutaría. No me considero muy critica a la hora de juzgar las animaciones pero esto se lleva la palma, te dañas los ojos solo con los fotogramas que has puesto.

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