Un cumpleaños, un doctor desertor y un yaoi encubierto

¡Buenos días a todos!

No tenía pensado escribir nada hoy, teniendo en cuenta que mañana empiezan las clases y tal, pero me apetece mucho y aquí estoy. Esta entrada es una mezcla entre diario/critiqueo, pero voy a intentar que funcione como ambas cosas xD.

Como algunos sabréis, ayer fue mi cumpleaños y decidí celebrarlo por ahí con mis amigos. El primer problema fue que todos quisieron quedar en el centro comercial más famoso de la ciudad. En teoría, no habría problema, si no hubiese sido por un pequeño detalle: el coche.

Yo vivo en una zona muy apartada de la ciudad, en medio del monte -irónico, ¿no?- y no puedo ir a ningún sitio sin coche. Odio conducir. Mucho. Y sobre todo, aparcar. Ese centro comercial estaba hasta arriba de gente, hasta el punto de dar vueltas y vueltas y no ver ni un hueco. Al final tuve que recogerlos a todos, parando en un lugar poco adecuado -todo sea dicho- y acabamos yendo al sitio al que yo tenía pensado ir desde el principio: otro centro comercial más pequeño y menos transitado.

A todo esto, ninguna de mis amigas vino al final, por lo que parecía un harem masculino de lo más pintoresco, jajaja.

La tarde fue muy entretenida, ya que nos pasamos el rato soltando chorradas, como de costumbre y tomamos una tarta de mousse de chocolate riquísima (Sobre los regalos ya redactaré alguna entrada el lunes/martes, ya que me han surgido un par de cosas).

 De pronto, se me pasó por la cabeza la idea de ir al cine; hacía años que no iba, pero desde que el doctor celebró su cumpleaños me entró el gusanillo y las ganas de volver. Ahí vino el segundo problema: era tarde y la película que queríamos ver ya no ofrecía más sesiones. Llegados a este punto, el doctor dijo que no iba a pagar por una peli que no le gustara y decidió irse; me sentó muy mal que se largara de mala manera, ya que lo único que pretendía era hacer algo juntos.

De todas formas, los que quedamos decidimos ir a ver The imitation game (Descifrando enigma). Fui al cine con la idea de ir por ir, porque las expectativas que tenía por esta película eran muy bajas. Además, la trama hablaba de la segunda guerra mundial, y ni este suceso ni el género histórico me suelen llamar lo más mínimo.

Nada más lejos de la realidad. Fue una película maravillosa, bastante impactante y me gustó muchísimo; al final el dinero fue bien invertido. Es una historia seria, basada en hechos reales, pero está narrada de una forma muy mágica. A pesar de que el tema no se presta a bromas, tiene pequeños momentos de humor, lo que le da un carácter encantador y sumamente apetecible.

La historia del protagonista, Alan Turing, interpretado por Benedict Cumberbatch, me conmovió muchísimo. Me sentía muy identificada con muchas facetas suyas, y el final me pareció triste, pero adecuado para la historia. Me sorprendió que fuese un "yaoi encubierto", ya que Turing era homosexual (en la vida real) y esto era lo que desembocaba en situaciones tanto de risa como de tensión. Al actor ya lo conocía de Sherlock, pero así como en la otra serie no me gustó demasiado, en esta película me ha ganado como fan.

Además, nos regalaron un cupón descuento para la próxima visita, así que seguramente esta tarde intentaremos ir a ver la otra película que nos hacía ilusión. Espero que podamos conseguir entradas, porque si no sería una gran decepción. Mañana me vuelve a empezar la universidad y es un "adiós, posible tiempo libre; hola trabajo".

Y bueno, sin más dilación, me despido con la frase más memorable de la película:

"A veces, la persona que nadie imagina capaz de nada es la que hace cosas que nadie imagina".

Nos veremos muy pronto. Bye~