Para seros sincera, no tenía pensado publicar nada hasta dentro de un par de días, pero el cuerpo me pide hablar de cómo me siento y creo que esto puede funcionar. Esta entrada es más para desahogarme yo que para desarrollar contenido, así que entenderé que no os interese.
Estoy pasando por una etapa de mi vida... complicada.
Yo siempre fui de esas personas que o son muy buenas en algo o son increíblemente negadas. Los estudios eran unas de esas cosas que se me daban bien. Tuve una media en secundaria escandalosamente alta, casi perfecta en todas las asignaturas. El problema fue al llegar a bachillerato.
De toda la vida quise ser bióloga; es algo que me apasiona y que tengo guardado en algún rinconcito de mí. Mis profesores me daban libros de lectura a mayores y todos decían que llegaría lejos. Yo en su momento también lo pensaba y tenía el ego muy subido. Me consideraba diferente y estaba orgullosa de ello. Pero al llegar al instituto, mi "personalidad" se vino abajo como un castillo de naipes. A mí me gustaba estudiar; sí, es muy raro encontrar a alguien a quien le guste. Sin embargo, cuando me quise dar cuenta, se había vuelto un infierno.
Mis profesores de la academia me sugirieron un cambio de especialidad, alegando que las letras tenían más salidas y se me daban mejor. Al final accedí a cambiarme, pero me dolía mucho tener que hacerlo. Para mí era como huir. Y siendo de perfeccionista como soy, no os podéis imaginar lo que supuso perder un año académico.
Pensaba que en la universidad volvería a cogerle el gusto a estudiar; me equivocaba. Cada vez lo repudio más.
A su vez, siempre he acompañado mis estudios con algún tipo de actividad secundaria; soy plurifacética y me he interesado siempre por distintas artes y destrezas. Cuando tenía 15 años me metí en japonés, que fue otra arista nueva en mi personalidad.
Y de todo este resumen de mi vida, llegamos a hoy.
Me siento muy frustrada.
Parece que todo lo que me gusta es lo que se me da mal y, aún por encima, cuando intento sumergirme en aquello que se me da bien, me doy cuenta de que no hago nada en comparación con los demás. No puedo ponerle alma a algo que no me llena, pero es que tampoco lo encuentro.
Y aquí me veis, quemada y sin motivación. He visto cómo se iba disipando en un arco hasta volver a quedar a cero. Intento encontrar ideas nuevas y proponerme retos, pero hay una pequeña parte de mí que me susurra al oído "sabes que todavía lo llevas dentro".
Sé que en unos días le pegaré una patada a esa vocecita, me obligaré a no pensar demasiado y seguiré hacia delante. Siempre lo he tenido que hacer. Soy una persona increíblemente vulnerable a nivel emocional y he tenido que aprender a superarlo sola. Obviamente duele. Duele mucho sentir cómo los hechos te superan.
Sólo me queda esperar que mañana me levante con el pie derecho.
Ánimo gatita, yo se que conseguiras tu luz, tu cosa que veas tuya, solo tienes que seguir andando, tienes el apoyo condicional de tu fan Nº 1
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Gracias, gatito, ya sabes que me gusta poder contar contigo ;(
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