domingo, 20 de mayo de 2018

Reseña manga: Algo entre nosotros



Cierto día en la escuela, Kojima se queda cautivado al ver a un chico llorando. Tan embelesado se encuentra que le arroja un cubo de agua sin querer y a partir de ese momento, busca desesperadamente la forma de disculparse con él. En el proceso de pedirle perdón, Kojima y Koga se hacen amigos; Kojima siente una gran fascinación por Koga y sus reacciones sinceras y bruscas, hasta el día en el que descubre su secreto y la situación se complica.


Cuando vi la portada de este tomo por primera vez, lo que me atrajo principalmente fue la volatilidad de los colores de la ilustración; los tonos azules me hacían adivinar que sería una historia elegante y transparente que hacía los personajes parecieran flotar en un agua de elegancia y sutileza. Si tuviera que definirla con una sola palabra, diría que es una portada sincera, ya que cuenta a la perfección lo que uno se va a encontrar entre sus páginas.

La historia, a diferencia de otros mangas del mismo género, se desarrolla con un ritmo sosegado, pero no lento. La autora se toma el tiempo necesario para narrar las escenas con detalle y mostrarnos poco a poco cómo evoluciona la relación entre los protagonistas. La obra está envuelta por un aura de inocencia; un aura de un primer amor platónico en el que no hay malicia ni segundas intenciones. Deja entrever situaciones de la vida cotidiana y sucesos difíciles del pasado de algunos personajes de forma natural y sincera, lo cual hace que el lector empatice muy rápido con ellos y les coja cariño en seguida. De alguna forma, cuando uno lee la historia se hace partícipe de lo que les ocurre y testigo mudo de sus emociones.

En cuanto a los personajes, son personas normales y corrientes, que todos habríamos podido conocer en nuestra etapa de estudiante. Dentro de esa simpleza y normalidad, vemos personalidades muy definidas, con una gran carga emocional y un desarrollo importante dentro de la historia. Cierto es que al tratarse de un tomo único, no hay espacio para observar un cambio radical. Sin embargo, la maestría con la que se crecen y sus etapas casi imperceptibles hacen que el lector se sienta parte de esa evolución.

Por otro lado, el dibujo es precioso, preciso e increíblemente expresivo. No está plagado de detalles como otros estilos manga, pero tampoco podríamos categorizarlo como simple. Se centra mucho en la expresividad de los ojos, en captar las expresiones faciales fundamentales de cerca. Los fondos amenizan cada una de las escenas, pero en ocasiones nos encontraremos viñetas en blanco, únicamente con los personajes. Es una forma muy sugerente de focalizar la atención en lo que ocurre y cabe resaltar que en ningún momento da la sensación de que la composición quede vacía. Las ilustraciones a color me parecen maravillosas, ya que cuentan mucho sobre la historia y los personajes que representan.

La edición española de Milkyway ha cumplido completamente con mis expectativas: un tomo de calidad, a un precio apropiado y asequible (8€/tomo único), con una traducción y corrección muy adecuada y natural y una postal promocional sencillamente preciosa. Me queda pena que no haya contenido más ilustraciones a color, porque son impresionantes. Reconozco abiertamente que compré este tomopor la página web oficial porque me había cautivado la ilustración de la postal y quería tenerla en físico.


Reseña extendida (con SPOILERS):

Esta obra cuenta con una enorme carga emocional, condensada principalmente en el personaje de Koga. Por una parte, me llamó mucho la atención el hecho de que Kojima se quedase prendado de Koga al verle llorar; me recuerda al valor la belleza de lo efímero, tan presente en el arte japonés y a la atracción que se puede producir hacia lo misterioso. Koga tiene una actitud muy poco japonesa: dice lo que piensa de forma directa, pero a la vez, es raro que muestre sus emociones. Es como si no dudase en dar su opinión de forma tajante, pero a la vez no quisiera que nadie se acercase demasiado a él. Esta forma de ser tan particular es lo que realmente atrae a Kojima. En parte se siente culpable porque su gato ha matado al tan preciado pececillo de Koga, pero por otro lado, está claro que su personalidad le resulta atrayente.

El hecho de haberse enamorado de su hermanastro se convertirá en un lastre para Koga que tendrá que cargar durante todo el tomo. Kojima empieza a aligerar esa carga a medida que se van conociendo, pero incluso así, necesitará mucho tiempo antes de que Koga pueda apoyarse en él de forma sincera. Aquí es donde se manifiesta la simbología de la pecera: el amor de Koga hacia su hermanastro nace en un festival de verano, cuando este último le regala un pececillo dorado. Ese amor, que aparece en su vida y que le parece hermoso y cuida con esmero, sabe que morirá. El propio Koga es ya muy consciente de que no solo está mal que le quiera por ser su hermanastro, sino que también sabe lo poco habitual que es la homosexualidad (un tema que en Japón, a día de hoy se tolera a medias tintas). En una escena bromea con Kojima sobre si no le asusta que él sea gay, a lo que Kojima reacciona dando un pequeño bote.

Volviendo a la simbología de la pecera, la boda de su hermano es un evento determinante en la trama. Koga sabe que ese sentimiento tiene que morir, ya que es algo inevitable, pero a la vez, le cuesta enterrar esos sentimientos. Tras la muerte de su madre biológica, Koga se encuentra en una familia de la que forma parte por la generosidad de su padrastro. Al morir el pez, su pecera queda vacía, haciendo un claro paralelismo con su situación emocional. Quiere romperla para deshacerse de esas emociones, pero una parte de él es incapaz de ello. En un momento dado se queda viendo a solas su pecera; "ya no tengo nada que poner en este recipiente vacío" es lo que piensa, aunque realmente está hablando de sí mismo como recipiente que se siente hueco y sin vida.

Hay una escena muy dura para Koga, cuando su hermanastro le propone que fuesen los dos juntos al festival de verano. Koga insiste para que vaya al festival con su novia, en lugar de con su hermanastreo; le dice que no necesita otro pez, "porque ya no soy un niño". De alguna forma intenta autoconvencerse de que ha madurado y de que ha superado sus emociones, pero lo cierto es que todavía no lo ha hecho. Cuando Koga aparece en el festival de verano con la pecera en la mano buscando a Kojima, podemos ver en gran parte la importancia que tiene para él. Junto a la muerte de su amor por su hermanastro, ha empezado a nacer un sentimiento nuevo hacia Kojima y Koga busca la manera de superar su amor imposible, recurriendo a él para que le ayude.

La relación entre ambos comienza realmente cuando Kojima le regala a Koga un llavero en forma de pez que le ha comprado en el festival. No es lo mismo que el pececillo que le había regalado su hermanastro, pero de esa forma, la pecera que tanto atormentaba a Koga ya no está vacía. El hecho de que Kojima se haya acordado de él conmueve a Koga, aunque el llavero del pez "sea una baratija". Ambos aceptan la situación del otro y se percibe esa reciprocidad y esa complicidad tan característica del inicio de una relación. Me ha dado mucha pena que la autora no haya alargado un poco más la parte del final, en la que se rompe parcialmente la inocencia de los protagonistas y se plantean empezar a experimentar la parte sexual de la relación. Me habría gustado poder crecer un poco más con ellos y haber disfrutado del desarrollo de su relación. Queda un final cerrado, en el sentido de que sabemos que los protagonistas acaban juntos, pero abierto en cuanto a que realmente no nos dan muchos detalles tras el inicio de su relación.

Fin de los SPOILERS

En definitiva, es un tomo único que recomiendo mucho si buscáis algo delicado, sencillo y emotivo para leer un día de calma en casa. Me sorprendió mucho comprobar que era la primera obra que publicaba la autora dado el gran nivel que tiene tanto en el dibujo como en la forma en la que perfila a los personajes. Sin duda, me he quedado con ganas de leer algún otro manga suyo un poco más extenso. En Algo entre nosotros no os vais a encontrar personajes muy maduros ni escenas de sexo, pero sí la historia de dos personas entre las que nace un sentimiento que va más allá de la amistad.


Calificaciones:

Dibujo: 4'5/5
Historia: 4/5
Personajes: 4/5

General: 4'5/5

1 comentario:

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