Ryoichiro trabaja en la universidad y lleva una vida rutinaria hasta que le encargan una importante misión: hacerse cargo de un estudiante de intercambio, Qaltaqa, el futuro jefe y sucesor de la tribu Lutah que no habla japonés e inglés. Qaltaqa posee un intelecto privilegiado y por eso la universidad ha decidido financiar sus estudios; por su parte, su objetivo será buscar la prosperidad de su aldea, por lo que conocer la civilización moderna se convierte en su prioridad.
Personalmente suelo disfrutar mucho este tipo de mangas en los que uno de los personajes pertenece más a un entorno "salvaje" y el otro a uno más "civilizado". Empecemos hablando un poco de la estructura de la historia. He de reconocer que las primeras páginas, cuando te explican por qué Qaltaqa ha sido admitido en la universidad me han parecido algo forzadas. La propia autora parece parodiar que todo ha ocurrido un poco "porque sí", metiendo a Ryoichiro en un marrón difícil de sobrellevar.
Por otra parte, el desarrollo posterior me ha parecido mucho más coherente y entretenido. La dependencia obligada de Qaltaqa, al no conocer nada del nuevo entorno, me ha parecido adorable. Detalles como que le den miedo los electrodomésticos o que tenga problemas de adaptación cultural han hecho que la lectura sea amena y más realista. Un detalle mayores sobre este punto que también quiero señalar es la forma en la que se ha marcado, a través de símbolos, los momentos en los que Qaltaqa, Aqnam y el director hablan en la lengua de los Lutah, transmitiéndole al lector la sensación de que está algo perdido porque no sabe lo que ocurre y que tiene que adivinarlo por contexto.
Los personajes son algo planos, pero cumplen su función dentro de la historia. Ryoichiro es el estereotípico trabajador japonés, que debe claudicar ante las exigencias de su jefe, quien le impone el papel de niñera porque es el único soltero y sin familia. Qaltaqa desde el primer momento transmite la sensación de ser alguien de fiar; guapo, confiado, inteligente, un líder nato, algo perdido por el contexto pero que en seguida se adapta al ambiente. El último señalable, Aqnam, ejerce un papel de celestino, pero no entre los protagonistas. Sus esfuerzos se centran en que Qaltaqa regrese a la aldea y, en lugar de alentarle a estudiar, lo que intenta es encontrarle una mujer para que se case y así asegurar la continuidad de su familia. Los tres cumplen funciones previsibles dentro de la obra, pero no deja de ser interesante el choque de opiniones entre Qaltaqa, que no cree en el matrimonio, sino en la investigación y conocimiento como prosperidad para la aldea, Aqnam, con sus valores tradicionales basados en la familia y Ryoichiro, quien inevitablemente empieza a sentir apego hacia Qaltaqa.
Esta obra utiliza no únicamente los elementos culturales, sino también los morales como forma de diferenciar la procedencia de los personajes. Una de las escenas que más huella me ha dejado es cuando Qaltaqa se niega a dirigirle la palabra a Ryoichiro hasta que consigue pronunciar su nombre perfectamente. El abreviar un nombre o fijar un apodo en nuestra sociedad no suele suponer un problema; de hecho es bastante común en numerosos países para facilitar la comunicación. Sin embargo, en este manga el respeto hacia los nombres se convierte en la base de la gratitud de Qaltaqa, quien quiere ser capaz de referirse a Ryoichiro sin utilizar ningún tipo de abreviatura.
La narrativa es consistente y sigue un ritmo constante, haciendo que el lector se deslice con las páginas con ganas de saber qué va a pasar después. Por su parte, el dibujo es algo más tosco, alejándose del estereotipo de ikemen de barbilla afilada, pero manteniendo unos personajes atractivos y singulares. Me gusta especialmente el cariño que se ha puesto haciendo los detalles de los elementos de la tribu, diseñando las máscaras y las marcas en el cuerpo de Qaltaqa y Aqnam.
Las escenas de sexo son intensas y se concentran al final del tomo. Si bien son un poco repentinas, se justifican por la forma en la que * parece * que va a terminar la historia. La autora emplea planos muy originales y el resultado dejará satisfecho a más de un lector. De esta forma se alcanza el clímax emocional entre los protagonistas, quieres se ven forzados a tomar una decisión por pertenecer a mundos distintos. El final tiene un pequeño plot twist que aparece de forma repentina, haciendo que lo que parecía que ya estaba totalmente finiquitado tenga un ligero giro de tuerca.
En definitiva, Mother's Spirit es un tomo yaoi que cumple perfectamente su función. Una historia bonita y entretenida, personajes encantadores, escenas intensas y un final conmovedor. Lo recomiendo especialmente si buscáis una lectura ligera romántica para pasar un buen rato.
Calificaciones:
Dibujo: 4/5
Historia: 3'5/5
Personajes: 3'5/5
General: 4/5
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