jueves, 26 de febrero de 2015

Libros gruesos vs Lectura ligera

¡Hola~!
Hoy os traigo un artículo de opinión, que ya hacía mucho que no preparaba ninguno. El tema vino a raíz de un pensamiento que llevo teniendo una temporada y quería compartirlo con vosotros.

Siempre me ha sorprendido esta gente que lee docenas y docenas de libros en pocos meses y parece que son un pozo sin fondo. Yo me paso el día leyendo por distintos motivos y, sin embargo, nunca logro acabar más de cuatro al mes -si es que llego-. ¿Cómo es esto posible?

Pues bien, os voy a exponer mis conclusiones y como he llegado a ellas. Antes de ayer, empecé a leer Los juegos del hambre, después de haberme visto la película. Lo realmente sorprendente es que es una lectura increíblemente ligera. Las páginas se sucedían una tras otra y parecía ir a un ritmo desenfrenado. Y de pronto, lo entendí. No es el número de páginas ni el tamaño de la letra que lleva dentro. Es la forma de estar narrado.

Llevo dos años en la universidad, por lo que la mayoría de libros que he leído últimamente son clásicos y en versión original; por no decir que siempre he leído novelas de adultos y nunca me ha llamado para nada la lectura juvenil. Esto ha hecho que me acostumbrase a libros difíciles de comprender, libros que suponen un reto para la cabeza seguir y armar todas las letras (sin ofender a nadie, ojo).

Cuando he cogido un libro narrado de forma sencilla, era como si mi propio pensamiento siguiera las palabras. No me ha supuesto el menor esfuerzo seguir la lectura y me he leído tres capítulos del tirón, cuando normalmente con unas veinte páginas estoy saturada.

Con esto, lo que quiero decir no es que unos libros sean mejores que otros. Cada uno tiene una función totalmente distinta y nos causa diferentes sensaciones. En mi caso, las lecturas densas hacen que me evada de manera más profunda de la realidad, pero también limitan mucho el tiempo que aguanto leyendo; a veces he dejado libros porque consideraba que estaba tardando mucho en terminarlos. Creo que ese es el peor defecto que puedo destacar.

Por otro lado, los libros ligeros me entretienen y, por lo que he visto, me permiten seguir leyendo mucho más tiempo. La contrapartida es que el hecho de no meterme tanto en la historia hace que no le coja tanto cariño a los personajes. Supongo que esto es como las relaciones humanas; puedes ir al ritmo en el que te sientas cómodo, pero el resultado dependerá de la esencia del vínculo.

Todavía hoy me encuentro gente que se cree que un libro es mejor si tiene muchas páginas. Yo les diría que probasen a leerse El príncipe, de Maquiavelo, que con menos de cien páginas es una lectura pesada o alguna obra de teatro de Shakespeare, sin llegar a ser versión original. Para mí, un gran libro es aquel que me hace ver más allá del papel, independientemente de su estética.

Y esto es todo por hoy, espero no haberos aburrido, jaja. ¿Vosotros qué pensáis? ¿Estáis de acuerdo conmigo? ¿No? ¿Qué tipo de libros preferís?
Espero vuestra respuesta en los comentarios.
Nos vemos~
Matta ne n.n

2 comentarios:

  1. me gusta tu articulo de opinión, a diferencia de mi al leer es que me encantan los personajes ya medida que voy leyendo mas quiero leer.. jeje

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    Respuestas
    1. Hola~. No estoy diciendo que no me encariñe de ellos, si no que es una "relación" más pasajera. Es más fácil que me cale un personaje cuando llevo más tiempo con él.
      Gracias por el comentario.
      Nos vemos n.n

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